El carisma es la mayor clave del éxito. Hay personas que tienen el don de inspirar, cautivar e influenciar a los demás sin mucho esfuerzo. Hay personas que los demás quieren estar con ellos. Este tipo de gente desde que llegan a los lugares son bien recibidos por los demás. Todos quieren estar a su alrededor. Siempre parecen conseguir lo que quieren porque quienes les rodean quieren ayudarles. Ese es el carisma.
La palabra ¨carisma¨ se remonta a la divinidad griega Charis. Esta divinidad representaba la gracia y la belleza total. Según el Dr. Tony Alessandra, ¨El carisma es la habilidad de influir en otros de manera positiva mediante conectarse con ellos de forma física, emocional e intelectual¨.
El carisma es una energía que proviene del corazón. Si el orador no comunica sus sentimientos, no hay transferencia de información. El carisma no se finge, no es un sentimiento atenuado. Según Gerry Spencer, ¨el carisma consiste en traspasar nuestra energía y pasión plenas hacia los demás¨.
Hay un mito sobre el carisma y es que la mayoría de la gente piensa que la gente carismática son estrellas de cine, presidentes corporativos, políticos y hasta líderes religiosos. Realmente es posible que algunos de ellos demuestren tener dicha herramienta, pero no todos las tienen y no es exclusiva de este selecto grupo. Está en el hombre humilde como el encumbrado, en el rico como en el pobre, está en cualquier persona que logre cultivarlo.
¿Es el carisma bueno o malo? ¿Es la fuerza de la gravedad buena o mala? El carisma es neutral. Es más bien la forma como usted utilice el poder de aquello que define como lo bueno o lo malo. Lo importante es usar la herramienta de carisma con sentido ético y que vaya a beneficiar a todos los que nos rodean.
En conclusión, tenemos que cultivar el carisma como una forma de ayudar a los demás a vivir mejor dentro del entorno que nos ha tocado vivir. Que este carisma sirva para inspirar a otros a alcanzar sus objetivos.